Metro de Bilbao. Foto: Manuela Vaz |
Los demás se alejan.
Suenan
metálicas las escaleras.
metálicas las escaleras.
Quieren ser pisadas
aunque sea de paso,
y sentir sus pesos
en contacto con su piso,
dolorosamente efímero.
Deseando ser tocadas
suplican temblando el tacto
y ya nadie quiere las manos,
por un momento al menos,
en su vibrante cinta posar.
Un zumbido constante
bajo la bóveda
envuelve la atmósfera.
Chirrían ruedas de vagones
Chirrían ruedas de vagones
y suceden voces electrónicas
que toscamente informan.
Todos se van,
tienen un sitio al que dirigirse
llevándose su calor
a otra parte.
Mientras se alejan
el aire se va enfriando.